Revisado por Novedades | Sección de Entretenimiento
Han recuperado el rojo, el azul, el amarillo... y el corazón.
★★★★☆
4 de 5 estrellas
El Hombre de Acero vuela de nuevo, y esta vez sonríe.
Después de años de películas de Superman melancólicas, desaturadas y que se rascaban la barbilla, ésta por fin recuerda lo que hizo volar al personaje en primer lugar: calidez, optimismo y la creencia genuina de que merece la pena salvar a las personas. El cambio a una atrevida paleta de colores primarios es algo más que una renovación visual, es una declaración de intenciones. Este Superman no se esconde en las sombras, sino a la luz del sol.
Personajes con corazón (y un perro que se lleva la palma)
La historia es tan completa y satisfactoria como un one-shot clásico de cómic, pero lo que realmente hace que funcione es el tono. Superman no es sólo un extraterrestre divino, es un granjero de Kansas que cree en ayudar a los extraños, cueste lo que cueste. Ese hilo conductor desemboca directamente en la elección más audaz de la película: apoyarse en su identidad como inmigrante ilegal. En un clima político en el que la postura antiinmigración del gobierno de Estados Unidos es noticia, esto no sólo es relevante, sino radical.
Luego está el perro. Oh, el perro. Cada escena con él es pura serotonina. Naciones enteras podrían curarse si proyectáramos en bucle el tiempo en pantalla de este cachorro.
Lois, química y oportunidades perdidas
Lois Lane está interpretada de forma brillante y desprende química con Superman/Clark desde el primer momento. Es el tipo de chispa que no se puede fingir, así que es una pena que el guión los mantenga separados durante mucho tiempo. Queríamos más diálogo, más momentos tranquilos, más de ese tira y afloja de His Girl Friday que hace que su relación se sienta como el latido del corazón de Metrópolis.
Una historia que se atreve
La película no se limita a ir sobre seguro con cielos azules y rescates. Es lo bastante valiente como para tejer paralelismos con el mundo real, incluidas claras alusiones a cierto conflicto que asola Oriente Próximo. Sin convertirse en un sermón, la narración refleja nuestro mundo de un modo que resulta inquebrantable y humano a la vez, una decisión que probablemente irritará a muchos, pero que enriquece la película.
El Superman que necesitábamos
Esta es una película de Superman con generosidad en su ADN, no sólo en las acciones del héroe, sino en cómo trata a su público. Nada de guiños cínicos, nada de interminables preparativos para spin-offs, nada de “esto lo entenderás más tarde si compras la novela complementaria”. Sólo una historia completa y sincera sobre un hombre que puede volar y un mundo que lo necesita desesperadamente.
El calendario previsto de la secuela de Superman:
- 2026: Título revelado - Superman: El segundo amanecer. Internet discute durante semanas sobre si “amanecer” es una metáfora o simplemente... un amanecer.
- 2027: Se publica la primera imagen promocional: Superman abraza al perro. Se alcanza brevemente la paz mundial.
- 2028: El tráiler cae; cada fotograma se convierte en una plantilla de meme.
- 2029: La película se estrena con una oleada de tuits de “Esto es lo que debería haber sido el DCEU”.
- 2030: Anunciada la tercera película: Superman: El perro del mañana. Toda la campaña de marketing gira en torno al perro. Nadie se queja.
Veredicto final
Superman no es sólo un regreso, es una reivindicación. Cálida, audaz, con conciencia política y sin miedo a recordarnos que incluso el hombre más fuerte de la Tierra empezó siendo un extraño en busca de un hogar. Cuatro estrellas, y con gusto le daríamos un Oscar al perro.





